Nada pareciera a veces dominarme, logro tomar el control y hago las cosas cuando me da la gana. Ciertas conversaciones o preguntas abren candados mentales y nunca dejan la combinación para cerrar la caja fuerte de la imaginación. Me conozco, pero aun siento que me falta, o más que conocimiento es carencia de aceptación?, tal vez quien sabe, lo único que sé es que me presento al nuevo comienzo a casi una veintena de años, los cuales han empezado a experimentar y construir su proceso de liberación en los últimos 3 años. Cada vez abro más los ojos y la vez los cierro para aventarme al vacio de este mundo confuso y abrumador.
Dormir, caminar sin rumbo, actuar, un café sin azúcar, cambios y besar. Acciones, circunstancias o cosas que forman parte de un día común, según la cantidad de dosis se pueden convertir en algo incontrolable, placentero, propio, hasta prohibido. Están ahí y esperan aflorar, encontrar un espacio en la rutina y ascentar sus raices en mi comportamiento, quizás la hora ha llegado y no fue necesario planearlo.
A dejarlos ser, que caigan y renueven; me despierten y me hagan soñar; me lleven a otro mundo y a este.
Porque no necesitan razón, pueden ser una en si mismos. En la cercana veintena se presentan para empezar un nuevo ciclo esperando sea más libre, provechosoy pleno.
El año inicia y los vicios toman primer lugar en la fila de la cordura ausente.
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