viernes, 9 de enero de 2009
Entre la necesidad y la curiosidad
Miré a la soledad a los ojos. La miré una noche de júbilo y fiesta, una noche que para mi en realidad no se diferenciaba de muchas otras, para mi era una más. No busque lo que ocurrió, simplemente se presentó y pasó. Hasta ese momento no me imaginaba cuanto lo necesitaba, cuanto quería llenar ese vacío infinito dentro de mí. Esa carencia que nadie pareciera comprender, que las circunstancias la han llevado a convertirse en una enfermedad crónica, para la cual mi cuerpo genera defensas, pero el virus empieza a mutar y otra vez mi cuerpo no lo puede controlar. Abarca tanto mi materialidad como mi alma, mi espíritu sufre la corrosión causada por esta gangrena, una llaga que se expande y me tortura porque solo yo la veo. Se adhiere a esta visión distorsionada de mi ser, en el cual veo el espejismo producido por la locura, por la utopía de la espera, de una ambición imposible.
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