martes, 20 de abril de 2010

Epifanía

Si antes caminaba con ojos abiertos y sin luz de guía,
Ahora tropiezo por la venda de tu no compañía,
Porque estás cuando te alejas, pero cerca estás fuera de foco
Mientras una trinchera se levanta como si fuera poco

4 meses, 126 días con sus noches, 4 lunas llenas
Contadas, sentidas y extrañadas en una sala,
En la espera de la nada, de la presa del miedo
Del no entender lo que estoy sintiendo

Pero cuando el día cobra claridad con prisa llega la neblina
Evaporando algún suspiro de esperanza o una sonrisa falsa,
Que se formaban al recordar, que decoraban el rostro de la muñeca,
De un cuerpo que funcionaba a cuerda y por inercia
Albergando un corazón de vidrio roto y sesos de aluminio.

Ya no es esto nada más que un esquema de veredicción
Es un parecer – no ser perfecto sin duda ni objeción
Bañado en humo y espejos; en ilusiones y promesas fallidas
Creyendo lo que no cuando era lo que sí, eso que refutaste
Aquello por lo que por primera vez perdón pedí.

Ya no aceitare mis articulaciones, si te molesta no me incomoda,
No me genera nada, no volveré a mover ni un pelo por tu nombre,
Si lo lees o lo relacionas es tu interpretación, aquí te regalo mi intención
Que no es lo primero que te llevas, ni con lo que te quedas,
Ya no lo busques entre mis piernas, ni al terminar mi espalda,
Ya no mires la tierra de nadie entre los picos de la clavícula
Y el cráter de mi ombligo, los montes ya no desean el abrigo de tus soles

Todo es más claro cuando se está alterada, cuando se amordaza al corazón
Y ya no late al son de su danza veraniega y con lanza se resguarda,
Mientras de nuevo mi armadura construyo y de un sueño yo huyo
Que por días fue pesadilla, mientras corría por una orilla
Del abismo de pisar los frutos, derramando la copa en una mesa de cirugía.

Quizás esto continúe, quizás no, mas no lo cierro
Porque esto soy yo, no has terminado de escribir el libro
Solo fuiste una pluma más en mi tintero.