viernes, 20 de marzo de 2009

Al despertar

Se levantó confundida y muerta de alma
no oía ruidos, apenas si su corazón palpitaba,
caminó y sin fuerzas avanzó
mientras el dolor en su cuerpo hallaba morada.

Al ver sus manos comprendío lo ocurrido,
la sangre era suficiente signo
de aquello que no logró controlar,
ese vacío que creía así llenar.

Alrededor mira y nada encuentra
el visitante se ha ido, a cruzado la puerta;
nada ha dejado, todo se ha llevado;
pero en ella algo ha quedado.

No solo un recuerdo,
que confuso se presenta,
más bien un objeto,
de cuyo cuello cuelga.

Versa el paradero del usurpador,
identidad del desconocido.
Aquel momento reducido
a letras sin sentido.

Deja ya de soñar,
de esa manera no lo vas a encontrar,
pues se trata de una pesadilla,
real mas no ficticia,
obra de tus actos mas no de deseos,
resultado fallido de intentar
tu fiel y triste soledad liberar.

1 comentario:

Víctor Cornejo dijo...

muy bien escribes, muy descriptivo y con sentimiento...bye